viernes, 24 de enero de 2014

La Democracia en América Latina

La Democracia en América Latina


Hoy en día Latinoamérica destaca por una estabilidad democrática plausible y pareciera ser un paraíso de crecimiento económico sostenido. Nos encontramos ante una nueva fase histórica de la democracia latinoamericana, una etapa pos-transitoria que se quiere desmarcar de los vetustos regímenes democráticos criollos, que quiere unos Estados inclusivos, unitarios y plurales, que necesita de las urnas para legitimarse y que busca por encima de todo estabilidad y continuidad.

En primera instancia cabe decir que este cambio viene de la mano de un consenso latinoamericano para establecer unos objetivos centrales sobre los que abordar el fin de un sistema que hacia aguas. El primer paso fue la reforma colectiva de los textos legales. Si bien es cierto que ataño, en su mayoría, se incluían formas democráticas, en gran medida escaseaban los mecanismos para ejercer como tal ese principio. De manera que la fase de reforma constitucional fue la semilla germinal del proceso de estabilización de las democracias latinoamericanas, cerrando así el viejo sistema oligárquico y exclusivo que se mantenía. Los pioneros en este sentido fueron los Estados que ahora hablan en sus constituciones de plurinacionalismo, descentralización, libertad de los pueblos etc. Como Bolivia, Colombia o Venezuela. Por consiguiente podemos hablar de ante un claro reconocimiento de derechos y libertades a colectivos antes discriminados, que se manifiestan a través de movimientos políticos y que disponen de relevancia en el plano político

De este modo podemos observar como en los últimos veinte años en contextos postcoloniales se manifiesta una retorica que reconoce como actores principales a diferentes grupos culturales, que hasta entonces no habían tenido voz, siempre con cabida dentro de la idea de un estado unitario. La solución siempre era el estado federal, pero el modelo latinoamericano lo incluye en una forma estatal unitaria. Un ejemplo de ello es el reconocimiento de las autonomías, que se ha convertido en una operacionalización nacional de las diferencias políticas. Se ha convertido en la forma de gestionar la diversidad cultural a través de las concesiones de autonomía  soluciones territoriales.

Otro punto esencial que ha marcado la deriva democrática latinoamericana es la lucha contra la pobreza y las desigualdades sociales, que si bien es un tema delicado y de controversia, no se puede negar los numerosos avances en desarrollo humano y erradicación de la pobreza. Se trata de un combate en escala  al cual se enfrentan los Gobiernos y que deben abordar, sobre todo en materia de reducción de la desigualdad.


Por último cabe decir a modo de conclusión, que si bien se han hecho logros y se han alcanzado metas y limites imprescindibles de democracia, aún existen materias sobre las que se tienen que abordar soluciones serias y a largo plazo. Es el caso de la corrupción política, la inseguridad ciudadana y en menor medida y como se ha mencionado la desigualdades socio-económicas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario